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lunes, 25 de marzo de 2013

De Ushuaia a Rio Gallegos

La mayoría de las parejas que viajan en moto que he conocido, tienen una moto para viajar en pareja propiamente dicho, pero cuando la pareja es la que se tiene que adaptar a la moto que tienen cuando esta es pensada para viajar uno solo... la cosa se complica.

Preparamos las motos como pudimos y no subimos a ella del mismo modo; como pudimos. Los chicos de Ushuaia nos despidieron con una cena y Lauti, uno de ellos, llegó a ella con mis viejos pantalones y el chubasquero, arreglados por su madre, lo cual es de agradecer.
La primera sensación al conducir la moto con semejante equipaje y peso en general, fue exactamente la misma que cuando inicié la vuelta al mundo: "tú, donde cojones vas". El peso, la conducción y el tacto en general eran totalmente nuevo, pero sabía que como en aquel viaje... me iría adaptando con el tiempo. Cada vez que Ojos Verdes, se subía o bajaba de la moto, convertíamos la situación en un trailer de una película cómica. Malabarismos a la hora de encarar la moto y movimientos de una gimnasta con un neopreno dos tallas menos... pero a día de hoy y como para mi vaticinaba, hemos resuelto eso y parecemos profesionales.
El primer destino era Rio Grande, que se encuentra a tan solo unos 220km de carretera bien pavimentada, donde pondríamos a prueba a Ojos verdes, que nunca a viajado en moto, a Chilitrini, que nunca ando con tanto peso y a mí, que nunca he viajado con alguien de paquete.
La lluvia hizo de confeti para celebrar la despedida desde el fin del mundo y nos acompañó durante los primeros kilómetros mientras el frio viento nos alentaba en nuestro eufórico inicio de viaje. Fue muy duro para los tres. El viento quería aparcar a Chilitrini (Nombre de la moto), mientras el culo de Ojos Verdes entrenaba y mi destreza se ponía a prueba.
El primer entrenamiento de aproximadamente 220 km llegó a su fin en el "Ruta 40 B&B" un hospedaje limpio y acogedor regentado por Guillermo, que nos había invitado. Fue maravilloso y emotivo volver a verlo. Nos acomodó en una habitación y su amigo Claudio practicaba el arte de la cocina con éxito, con un "pollo al disco"

El otro día iba a ser mucho más duro ya que teníamos que llegar a Rio Gallegos. La distancia era de cerca e 400 km para los que se necesitaban unas 8 o 9 horas. 150 km de ripio, 4 fronteras Argentina - Chile y un barco. Superamos la prueba con creces pero llegamos muy muy cansados y de noche, algo que no es divertido por la baja temperatura en esta parte del mundo.
Ojos Verdes decía que necesitaba lavarse su rizado pelo, sí o sí, mientras se quedaba dormida con ropa y todo. Yo intentaba buscar a un mecánico a través de otros viajeros de la zona.
Al siguiente día fui por la mañana al taller de Marcelo, el chico que me soldó el tubo de escape en mi ida. Casualmente apareció con unas muletas. Se había caído por un barranco haciendo enduro partiéndose el pie de lado a lado. Me dijo que viniese por la tarde, a eso de las 3 para hacerle a la moto un reglage de válvulas y un cambio de aceite. Cuando llegué a esa hora de nuevo y tras verme obligado a pillar otra noche de hotel, Marcelo no estaba y el trabajador me dijo que no me lo hacía, que tenía mucho trabajo. Le pedí que me dejara llamar a Marcelo pero me dijo que no... es lo que tiene dejar a gente incompetente a manos de tu negocio cuando sufres un accidente, porque ya os digo que ese taller es muy bueno y económico. Me indicó otro taller y allí, por el precio que Marcelo me dejaba las dos cosas hechas sólo pude cambiar el aceite. Mientras todo esto ocurría, Ojos Verdes dormía y dormia merecidamente. En este nuevo taller me atendieron muy bien también y tuve la oportunidad de hablar con dos viajeros que venían de Mar de Plata y uno de ellos, con una Dr, quedó varado y sin oportunidad de continuar su viaje, el otro chico con una Klr lo acompañaba. Echamos un buen rato hablando de motos y movidas mientras el mate paseaba de mano en mano y el cambio de aceite se hacía realidad.
Al siguiente día sólo teníamos que hacer 300 km para llegar a El Calafate, donde nos esperaba Andy, un chico que conocí por Couchsurfing y nos brindaba alojamiento a los dos... pero me equivoqué de carretera y pillé directamente la Ruta 40 que son 600km y muuuucho ripio, donde conocimos a Fabián, pero eso es una historia, que os contaré en la siguiente entrada del blog.

jueves, 21 de marzo de 2013

Y tú... ¿Qué opinas?

Os escribo desde Ushuaia (Hora local 4:00)

Sinceramente, no sé por donde empezar y es que tengo la cabeza a mil por hora pero pocas horas en el día. Se que esto no es una carrera pero el clima no entiende de viajes ni se compadece de estos dos viajeros. El frio se acerca a esta parte del mundo como un niño inexperto en el andar buscando a su madre. Tengo mil interrogantes, que en otra situación me hubiese importado poco o nada a sabiendas que uno se ha demostrado a si mismo que el mundo no es tan malo y que el arte de la improvisación no se me da mal. Pero esto cambia si te metes en la jaula de los leones con una persona que no ha puesto a prueba su capacidad para la doma. Ojos verdes no tiene la menor experiencia en viajes en motos. Ni cortos y menos aún en largos. No tiene carnet para las dos ruedas pero como dije anteriormente, tiene ilusión y eso me basta. Llevar una persona es una responsabilidad muy grande, que encantado he aceptado. Al salir de la darsena, antes de montar en el autobus que nos llevaba a Madrid, nos despedimos de su hermana y de su padre. Quizás fue la segunda vez que hablé con el en mi vida. "No se preocupe, el mundo no es tan malo como lo pintan" le dije intentándolo tranquilizar aunque no se mostraba nervioso, pero yo también soy padre y la vida de su hija, pasaba a mis manos como el bien me dijo "en tus manos está" dedicándome ahora sí, una sonrisa nerviosa. Creo que jamás olvidaré ese rostro y es más, no lo olvidaré mientras este viaje dure.
Estoy tranquilo aunque a la vez inquieto y el que conduce este tipo de maquinas, sabemos que no todo depende de uno mismo.


Hoy he puesto las maletas en la moto para hacerme una idea de como viajaremos los dos y la verdad es que este no será el viaje más cómodo de la historia, pero seguro que tampoco el más incómodo. Seguro que nos iremos adaptando a medida que avanza el viaje.
Lo que ahora me preocupa, es que la moto no arranca con el botón de arranque pero si a empujones. La bujía es nueva, el aceite tiene 700km, y la bateria carga al conducirla. Entre hoy y mañana intentaré resolver ese problema y hacer un reglaje de válvulas antes de salir.
La primera parada será en Rio Grande que está a unos 100 km más o menos, para ir probando la adaptación de Ojos Verdes, las maletas, la moto y yo. Luego subiremos al norte hasta Rio Gallegos y de ahí por la famosa Ruta 40.
El tema de mi pantalón esta arreglado, gracias a la madre de Lauti, que los ha arreglado como ha podido. Esos pantalones tienen una vuelta al mundo y una panamericana... os podeis imaginar. Esta señora también ha arreglado la cremallera del impermeable. Quiero agradecer a Sebastian su hospitalidad al dejarnos su casa y a todos los chicos de aquí por tanto cariño.
El ordenador nuevo es una pedazo de máquina, pero un cohete sin carnet es absurdo y con ello quiero decir, que poco a poco espero que los videos que haga tengan más y más calidad mientras aprendo.
Y poco más familia, espero que disfrutéis de este viaje y no lo olvideis... ahora... Sois NUESTRA gasolina!!! Gracias por estar ahí.

martes, 19 de marzo de 2013

La panamericana, Ojos verdes y el Búfalo.

La verdad es que había sido un viaje diferente como muchos decían. Difícil por los medios con los que contaba pero posible como demostré sin ser maestro, ni tan siquiera el más listo de la clase. Ilusión. Ilusión y constancia fueron los ingredientes para completar el trayecto Anchorage - Ushuaia subiendo antes al norte norte hasta donde termina la carretera en "Prudhoe bay". Ingredientes que no se compran en farmacias ni en supermercados.

Una vez en Ushuaia y sinceramente, sin ganas de conducir un kilómetro más, no sabía si volver a Chile e intentar vender la moto allí o venderla a un precio de risa en Argentina con las consecuencias legales que aquello conllevaba. Otra opción era mandarla a Madrid en un avión, pero la situación económica lo impedía.

Teniendo en cuenta que alquilar una casa en febrero en Conil, era posible, pero demasiado cerca del verano, y sabiendo que tendría que pagar un mes como mínimo de fianza, me dije... ¿Y si vuelvo a Alaska con ella y me llevo a Ojos verdes? Lo sé, no tiene sentido ni pies ni cabeza, pero me agarré a eso usándolo como excusa. Ella, al "conocer" la propuesta, me dijo que no sabía, que se lo tenía que pensar, pero sorprendentemente y rápidamente dijo que sí. Dijo que sí con esa confianza porque pensaba que me refería a ir a Chile a venderla y volvernos juntos, no que el destino era Alaska... pero cuando lo averiguó, el billete ya estaba comprado.

Ella no tiene experiencia en motos y menos aún en viajes en motos. No tenía casco ni ropa para semejante viaje. Lo máximo que ha hecho en una moto son unos 50 km que han sido conmigo, per tiene algo indispensable que llevaba yo en mi primera parte del viaje... Muchísima ilusión, ahora tendremos que ver todos si también tiene constancia que sí es proporcional a carácter.... No dudo que lo conseguirá. El 21 comenzamos esta aventura. ¿Estas listo/a? VAMOS!!!