La Panamericana y el Búfalo (2): Un día de mierda... menos el final

El gallego llegó al Hostal de Panamá para despedirse de mi. Había seguido leyendo el blog y me decía que le gustaba cuando realmente me ponía a escribir. Y es así, ¨cuando me pongo¨ y es que este año con el iPad es prácticamente imposible recrearse a la hora de escribir.

¨No te preocupes, existe un teclado para el iPad¨ me dijo mientras sacaba varios billetes de la cartera ¿Que haces cojones? le dije... ¨Para mi es una inversión. La television es una mierda y la verdad que lo que estás haciendo tiene mucho mérito y quiero colaborar porque me entretiene ¨ No acepto dinero de personas normalmente, pero no vi el dinero, vi el teclado y la posibilidad de poder expresarme como más me gusta y desahoga. Y aquí está. Un millón de gracias por este maravilloso regalo que me valdrá para no desquiciarme a la hora de escribir y poder narrar mejor mis historias a partir de hoy. También espero que todos los seguidores lo puedan notar la diferencia y disfrutarlo.

Aquí está para que veas que esos dólares no se han convertido en malas mujeres ni estupefacientes varios

No me despedí de los chicos cuando llegó la mañana. Espero que no lo tomaran a mal, pero ya nos habíamos despedidos tres veces y porque no decirlo... odio las despedidas.

Había estado hasta las dos de la madrugada esperando la confirmación de mi vuelo a Bogotá (Colombía) pero Edreams, compañía encargada de hacerlo, nunca lo hizo. Tampoco enviaron el segundo e-mail donde indicarían los pasos a seguir para realizar el pago. Mire la cuenta de mi banco y observe que se había devuelto el pago, así que lo intenté de nuevo. El segundo intento de compra fue el bueno y la confirmación del mismo llegó a los 5 min.

Llegué al aeropuerto cansado por la falta de sueño pero feliz de pensar que había llegado el momento de continuar mi viaje. Estando en la caja de facturación, la chica me preguntó que se tenía vuelo de vuelta. Mi negativa no le valía y me dijo que necesitaba algún documento que garantizara mi salida del país. Mostré los papeles necesarios para recoger la moto en el destino y le expliqué en que consistía mi viaje y parece ser que la convencí. De repente llegó la Policía y detuvo todo funcionamiento en los mostradores de la aerolínea y yo sabía que es lo que estaba ocurriendo realmente. Mientras esperaba en la cola, me percaté que alguien había dejado una maleta abandonada y que ahora se encontraba justo detrás de mí. Le dije al policía que esa maleta llevaba unos 20 minutos guardando fila, en un intento de declararme inocente. Me miró de arriba a abajo mientras yo agarraba el ticket que finalmente me concedieron y me fui a la calle despidiéndome del amable señor gilipollas policía. Aquello no explotó, pero el festín en comisaría probablemente estaba garantizado.

Pasé todos los controles de seguridad y mi sorpresa es que me vuelvo a encontrar a la chica de facturación esperándome. ¨Perdón señor, usted necesita otro documento para poder llegar a Colombia; un vuelo de vuelta o el vuelo desde Argentina a España ¨ A lo que contesté que no, que ya estaba dentro y que si algo pasaba era responsabilidad de la compañía por haberme extendido el billete. A parte, que conocía mis derechos y que no necesitaba billete de vuelta (mentira, no los conozco en estas áreas) Ella decía que sólo quería ayudarme. Muchas gracias contesté y marché a mi puerta de embarque. Estando en la puerta de embarque y con el ordenador mangando wi-fi, recibo un mensaje de Edreams confirmando, de que el primer billete que intenté comprar... ya estaba comprado y con ello cobrado. Miré el mensaje y miré mi reloj... ¡Un minuto antes de la hora de embarque! Empecé a calentarme. Me habían cobrado dos veces el vuelo y según la chica del mostrador podría tener problemas en inmigración a la hora de llegar al destino.

Y allí estaba yo en la fila para entrar en un avión, el cual había pagado dos veces y con la impotencia de no poder hacer nada inmediatamente por el cambio horario. En españa ya estaba el banco cerrado y mañana era Sábado.

Desde el avión pude ver el tapón de Darien y me cagué en sus muertos repetidas veces mientras mi compañera de sitio me miraba extrañada. ¨Es algo personal señora, no se preocupe ¨

El avión aterrizó, las manos me sudaban y yo no llevaba chandal. Después de todo el calor que había pasado en Panamá un guantazo frío me dio la bienvenida. Llevaba un pantalón corto, camiseta corta y las enormes e incómodas botas... vamos, que iba ¨Preciozízimo¨ Había llegado el momento de ponerme en la cola de los Inmigrantes y sacar mis armas; una sonrisa, una humildad real y una tranquilidad mentirosa. Esperaba en la cola mientras una linda mojita no paraba de hablar por el teléfono justo atrás de mi. Su forma de hablar empalagosa y con un volumen prohibido en cualquier misa estaba hirviendo mis pelotas que solo quería llegar al otro lado de la frontera. ¨Ayyyyy que cosita mi niña preciosa, muchos besitos tita¨ paraba y enganchaba otra llamada, como un adicto a la coca enlaza rayas viendo que quien tiene el material se va en cinco minutos. La cola avanzaba poco a poco y de pronto oigo tras de mí a la quería monjita con su disfraz azul cielo y blanco nubes; ¨No queremos más ¨Españoletes¨ que aquí sobran, ya hay demasiados ¨Españoletes¨ acá¨ En ese momento sentí como mis pelotas explotaban después de hervir y me giré sin ver a una monja sino una racista de mierda. Esperé educadamente que colgara el teléfono y le espeté sin tapujos. ¨Hola señora, o señorita quizás ya que no sé como referirme a usted. Soy un españolete de esos que sobran aquí y sólo quería decirle, que si usted hubiese conocido a un desecho de mi país, quizás hoy no luciría esa túnica que oculta una persona racista, que dios le vendiga y tenga un buen día ¨ No sé por qué pero no me contestó. Agachó la cabeza e incluso dejó de llamar por teléfono, algo que creo que agradeció toda la cola.

Me tocaba y sonriente llegué al mostrador donde la agente me atendió. ¿Pasaporte? Y se lo mostré. ¿Cual es el motivo de su visita? Y le expliqué mi viaje. Me selló el pasaporte y me dijo... Bienvenido a Colombía. Tanto susto inyectado en el cerebro para simplemente eso.

Mandé una reclamación a Edreams mientras esperaba que llegarán las tres de la tarde para recoger la moto. Un mareo dicho mensaje, pero finalmente lo conseguí y me mandaron directamente un frío e impersonal mensaje diciéndome que era la reclamación número tal y que pronto, utilizando la relatividad de dicha palabra, se pondrían en contacto conmigo. Aun sigo esperando más de 24 horas después y con el sentimiento incómodo que ello genera.

Fui por la moto a las bodegas de GIRAG, empresa encargada del envío a cambio de 902 dólares americanos. Me aseguraron que estaría allí sobre las 3 de la tarde y me advirtieron que si la moto no era recogía en 48 horas tendría que pagar una cantidad por dia de demora e de ahí mis prisas por comprar el vuelo. Pero la moto no llegó. No me lo podía creer y el día se estaba convirtiendo en una pesadilla. No ha podido ser enviada porque el avión venía lleno... esa fue la justificación. No me valió la excusa ya que yo había tenido que comprar un vuelo, ¨amenazado¨ por esos costes de recogerla más tarde. Enfurecí y juré en hebreo porque en Cristiano ya había tenido suficiente. Le dije que suponía aquello. Sin moto, sin ropa y con unos gastos para dormir y estar con Colombia, mínimo unos 3 o 4 días. Le expliqué mi viaje, el destino de todo lo que estaba grabando y me ofrecieron dos noches de hotel. Les dejé claro que a mi no me compraban con dos noches de hotel en Colombia, puede que si en Alaska donde un triste hotel te puede costar unos 200 euros, pero que no allí. Me dijeron que me daban un cheque con 200 euros por las molestias y les volví a decir que no, que venía desde Alaska en una moto y que habían sido muchas las noches en las que había dormido en la calle. Al ver que no me convencían, me dijeron que pasara a un despacho donde estaban los dos encargados. Les volví a decir que no me compraban con dos noches de hotel, que ya me apañaría. Aquel tira y afloja terminó en que iban a hablar con el manda más y a ver si me podían dejar el pase de la moto a mitad de precio. Ya veremos que pasa el Lunes o el Martes cuando vaya por la moto.

En la calle no me iba a quedar ni por el forro. Llamé a Claudia y pude hablar con su marido Giovanni, seguidores del Búfalo. A los 40 minutos vino por mi y me ofreció su casa. Le expliqué lo ocurrido y dice que me puedo quedar en su casa todos los días que necesite con su linda familia, en su casa y en su cuarto... sí, en su cuarto. Me presentó a sus tres hijas y fuimos todos a conocer la ciudad de Bogotá... Ya veremos que hacemos estos días y si te gusta leer... lo sabrás porque ahora si que puedo escribir.